Cuenta una leyenda medieval, que una dama de gran bondad y belleza, llamada Lady Godiva, sentía gran compasión por los sufrimientos y apuros de sus vasallos, a los que la ambición de su marido Leofric, conde de Chester y de Mercia y señor de Coventry, sometía.
Lady Godiva conmovida pidió a su marido que rebajara los impuestos. Dicen que el conde accedió, pero con una condición, la dama debía recorrer las calles de Coventry a caballo, vestida únicamente con sus hermosos y largos cabellos.
Dicen también que el conde Leofric, cumplió su promesa y rebajó los impuestos.
John Collier pintó así a Lady Godiva John pero yo la he recreado una obra de #ArteVaciado que era como ella deseaba ser no-vista aquel día.
@davidbokeh siempre me ha encantado su leyenda ❤️😍 gracias por compartirla de un modo tan ameno
@davidbokeh conocía la historia, y siempre que la recuerdo/leo pienso "amiga date cuenta"
@terceranexus6 Yo extraigo la misma moraleja de la historia
Ella aceptó, aunque antes acordó con todos los vecinos que estos debían quedarse en sus casas para no contemplarla desnuda. Y así la dama paseó despojada sus ropas, montada en su caballo, mientras los habitantes de Coventry permanecían en sus casas con las ventanas cerradas. Hubo un vecino que no cumplió su promesa. Un sastre conocido como Peeping Tom (Tom el Mirón) que a través de un agujero en la ventada de su casa, contempló a su señora desnuda. Dice la leyenda que se quedó ciego por ello.